Por Thalia J. Mejía Aguilar (*)
La literatura comparada
es una rama de los estudios literarios (junto con la teoría literaria), que
estudia los textos en “un marco de relaciones supranacionales”. Como término,
está documentado desde 1826; como disciplina, busca explicar y ordenar
estructuras diacrónicas supranacionales, la descripción y comparación analítica
y diferencial de los fenómenos literarios, por medio de la historia, la crítica
y la teoría literaria. Esta perspectiva de estudio produce sus primeros tratados
formales a partir del siglo XIX en Europa; desde entonces, aparecen y se
mantienen revistas especializadas en literatura comparada. La metodología y
terminología de esta disciplina se ha consolidado y diversificado; Demetrio
Estébanez Calderón, siguiendo los lineamientos de M. Shmelin (1984), señala cinco
tipos de comparación como método para establecer “convergencias, divergencias,
dependencias, desvíos, paralelos, etc., entre los fenómenos literarios objeto
de estudio”:
2.
El que “atañe a una relación
causal entre dos o más obras de distinta nacionalidad, relacionadas con «el
contexto histórico en el que se insertan los miembros de la comparación»” (por
ejemplo, el sistema conceptual vinculado con la estrategia de elaboración
textual).
3.
El que “se basaría no
primordialmente en las relaciones intraliterarias recíprocas, sino en contextos
extraliterarios (históricos, sociológicos, políticos, etc.) comunes a los
miembros de esa comparación”.
4.
El “estético-formal,
centrado en un estudio estructural, semiótico, lingüístico o psicocrítico de
las obras, al margen de su carácter histórico. Con este método se pretende
descubrir posibles analogías formales entre textos de diversas áreas
lingüísticas o culturales, entre diversas artes, etc.; por ejemplo, con el método
psicocrítico se pueden comparar estructuras de diferentes mitos, símbolos, etc.”
5.
El que “se centra en la
confrontación de las diferentes maneras de entender la teoría y crítica
literaria y de abordar la actividad comparatista en los distintos países y
escuelas”.
1.
La primera, más
relacionada con la teoría literaria, se ocupa de aspectos referidos al
hallazgo y análisis “de influencias, semejanzas, convergencias, desviaciones,
etc., entre literaturas de diversas áreas lingüísticas (en cuanto a fuentes, temas,
motivos, tópicos y arquetipos comunes), al surgimiento y evolución de los
distintos géneros literarios presentes en las diversas literaturas, a la
coincidencia de estilos y movimientos literarios similares, etc.” Uno de los
ejemplos más relevantes de un estudio de literatura general con la metodología
comparatista es Literatura Europea y Edad Media Latina [1948]
de E. R. Curtius, estudio sobre la presencia de ciertos tópicos como “El mundo
al revés”, “falsa modestia”, en diversas literaturas, épocas y autores. El
estudio de los géneros literarios también corresponde a esta sección: el
hallazgo de analogías entre algunos textos en diferentes culturas, como la
épica en Occidente y Oriente. Asimismo, las coincidencias entre movimientos
literarios en áreas lingüísticas diferentes es materia de este conjunto:
estudios sobre el Petrarquismo, el Barroco, la Ilustración. Otros intentos de
realizar análisis comparados integradores de áreas culturales más amplias han
producido trabajos como los de Auerbach [1946], una búsqueda del “sentido de
realidad” (desde un sentido de la mímesis) presente en diferentes culturas.
Otros temas abordados son los relativos a conceptos fundamentales de teoría,
crítica y estética literaria.
2.
La sección “Literatura
Universal”, afín a la historia literaria, persigue objetivos como la selección
e interpretación de las obras consideradas como “patrimonio cultural de toda la
humanidad”: la Biblia, la Ilíada, Don Quijote, etc.; o la
conformación de una historia de la literatura universal. Se ocupa también de
las historias nacionales desde diversos métodos de sistematización (siglos,
épocas, períodos, generaciones, corrientes, movimientos, escuelas, sistemas,
etc.) y desde aspectos culturales o lingüísticos concretos (modas, hábitos, tabús,
normas, giros etc.). Para el estudio de temas como los símbolos, mitos,
arquetipos, cuentos tradicionales, la Literatura Comparada se apoya en ciencias
auxiliares, como la Etnografía, la Antropología Cultural, la Psicolingüística o
la investigación del folclore. La siguiente fase de esta disciplina será
conformar una concepción universalista de la cultura: temas y formas análogas
en literaturas que tienen contactos entre sí o no; con el presupuesto de la
existencia de mitos, leyendas, temas y símbolos transculturales unidas por
vínculos ancestrales referidos a un fondo mítico-religioso compartido.
(*) Estudiante de la Especialidad de Comunicación del IESPP Huaraz
No hay comentarios:
Publicar un comentario