Por Thalia J. Mejía Aguilar (*)
El año 1957 fue testigo de la aparición del germen de la denominada “Gramática Generativa” tras la publicación de la obra de Noam Chomsky Estructuras Sintácticas. En este libro Chomsky expone que una gramática de constituyentes inmediatos no es totalmente válida para explicar el mecanismo mediante el cual los hablantes de una lengua son capaces de producir y entender oraciones. Podríamos definir el concepto de gramática como un conjunto de oraciones gramaticales. Chomsky objeta que existe un infinito número de oraciones en cada lengua por lo tanto tenemos que asumir que los seres humanos están equipados con un mecanismo finito de conocimiento que les permite construir e interpretar un infinito número de oraciones. Este sistema finito de principios es conocido como “la gramática interna del lenguaje”. Chomsky afirma que una gran parte de esa gramática interna es innata por lo que los seres humanos poseen un mecanismo genético que les permite aprender una lengua.
Se puede estar o no de acuerdo con sus
teorías, pero lo que es seguro es que no dejan indiferente a ningún estudioso
de sus postulados.
Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) es el fundador de la lingüística
generativa y transformacional. La gramática generativa es una teoría lingüística que
intenta explicar las estructuras y principios más profundos del lenguaje.
Chomsky desarrolló el concepto de que cada oración tiene dos niveles distintos
de representación: una Estructura Profunda y una
Estructura Superficial. La estructura profunda
era una representación directa de la información semántica de la oración, y estaba asociada con la estructura superficial
(la que tiende a reproducir
la forma fonológica de la oración) mediante transformaciones.
Es uno de los
lingüistas universales que han transformado los conceptos más esenciales de la
gramática general. Su renovadora labor ha creado escuela y son muchos los que
le siguen hoy en todo el mundo, arrastrados por su convincente exposición de la
gramática generativa.
Su primera
obra, “Estructuras sintácticas” (1957), cuestiona los fundamentos
epistemológicos de la lingüística estructural. El modelo transformacional que propone ofrece una fuerza
explicativa superior e introduce los conceptos de gramaticalidad y de
creatividad: todo
hablante nativo posee una cierta intuición de la estructura de su lengua que le
permite, por una parte, distinguir las frases gramaticales de las frases
agramaticales, y por otra, comprender y transmitir infinidad de frases inéditas. En Aspectos
de la teoría de la sintaxis (1965) perfecciona su concepción de la sintaxis y
sus relaciones con la fonología y la semántica en el marco teórico mucho más
elaborado de la gramática generativa. Al mismo tiempo señala la existencia de
una tradición que prefigura sus concepciones, la gramática de Port Royal y los
trabajos de Humboldt.
En una palabra, sus concepciones lingüísticas coinciden
exactamente con su talante humanista,
Capacidad, competencia y actuación lingüísticas para
Chomsky, cualquier individuo dotado de la facultad de hablar es
capaz de expresarse en su propia lengua con corrección e interpretar y entender
lo que otro individuo de su comunidad lingüística le pueda comunicar. Es decir, como el ser humano
posee la facultad de hablar y conocer la lengua, entendiendo por conocer la
lengua, no los conocimientos científicos sobre la misma, sino los mecanismos
necesarios para expresarse en su lengua. Es a lo que llama Chomsky la “competencia lingüística”.
Esta competencia está interiorizada, pero se exterioriza en cada acto
lingüístico, y es a lo que llama Chomsky “actuación lingüística” o
manifestación de la competencia. Esta dicotomía es para Chomsky el primer
requisito de la gramática generativa, relacionada con la distinción
lengua/habla de Saussur. Pero no identificada, porque la “lengua” Sausurena es una visión estática de la
lengua, mientras que la
de Chomsky es una visión dinámica.
Por tanto, la
tarea del lingüista consistirá en hallar el sistema práctico que implique la
competencia y que será expresado en forma de reglas cuyo conjunto constituye la
gramática. Así, podemos decir que la gramática generativa es el conjunto de reglas que permiten generar
todas y cada una de las manifestaciones lingüísticas de una lengua. Pero
para elaborar esa teoría lingüística se podría:
Descubrir la
gramática de una lengua sobre la base de un corpus representativo y garante.
Chomsky piensa que esto es imposible.
Decidir si una
gramática ya existente es adecuada o no lo es. Sin premisas de criterio, sería
un apriorismo inadmisible.
TEORÍA
GRAMÁTICA DESCRIPCIÓN
Sin embargo, Chomsky toma la teoría de las
gramáticas más logradas, no se detiene a definir los conceptos teóricos básicos
que luego va a emplear, como “verbo”, “sustantivo” … Y, sobre esa teoría,
deducida de otras gramáticas no elaboradas científicamente, organiza su
gramática de reglas generativas. La pregunta es la siguiente: ¿si no resulta esa teoría por
fallo científico de los fundamentos en que se apoya no probados lógicamente?
La respuesta de Chomsky es
sencilla: ¡Se cambia!
La teoría gramatical está sujeta a revisiones
continuas. Y esto es
necesario precisamente por el dinamismo cambiante de la realidad de la lengua.
Hay otra pregunta: ¿si resulta exacta esa teoría tras ciertos
perfeccionamientos? Es lo que constituye la base de toda invención, de todo
descubrimiento basado en el “dominio del azar”, algo cautivador y atrayente en
sumo grado.
No nos extraña que la lingüística transformacional haya
sido calificada de “maravillosa aventura”.
La adecuación:
gramaticalidad y aceptabilidad.
La competencia lingüística
que posee un hablante le impide generar frases que no pertenezcan a su lengua o
frases antigramaticales. De igual modo, una gramática generativa va a satisfacer las condiciones
de adecuación. Esta adecuación es doble. La gramática generativa deberá cumplir, primeramente, el requisito
de la gramaticalidad, que es la adecuación de la gramática a la competencia. Es
decir, no generará frases
descabelladas ni disparatadas. Aquí gramaticalidad no tiene nada que ver con corrección o norma.
Pero no es suficiente que las frases sean gramaticales.
Conceptos de gramaticalidad y aceptabilidad, serán los criterios que valorarán una gramática, el primero a nivel de competencia y el segundo a nivel de actuación. El inconveniente que se puede oponer a Chomsky es doble: En primer lugar, únicamente un nativo tiene el criterio de gramaticalidad y aceptabilidad. Luego se convierte en regla para una sola lengua y no se da el criterio de generalidad. Y en segundo lugar, la gramática pone tablas al hablante que utiliza figuras y recursos aparentemente disparatados, pero que son válidos para la expresividad y el lenguaje poético o literario. La estructura profunda y la estructura superficial Chomsky nos recuerda que un lenguaje es un conjunto finito o infinito de frases, todas de longitud finita y construidas con repertorio finito de elementos, principio muchas veces formulado pero pocas veces aprovechado. Aquí se muestra el carácter generativo de la gramática, la cual, a partir de unos componentes y de sus reglas de composición, genera todas las frases de la lengua que explica. Esta gramática trabaja a dos niveles. Uno se sitúa en la estructura profunda, latente en la competencia (semántica); el otro en la estructura superficial, patente en la actuación (morfosintasis). De ahí que toda frase tendrá esa doble estructura. La estructura profunda genera la estructura superficial o de superficie. Entre la estructura profunda y la estructura superficial aparecen los procesos de transformación.
CONOCIMIENTO LINGÜÍSTICO INNATO
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Los términos tales como
"transformación" pueden dar la impresión de que las teorías de la gramática
generativa transformacional se entienden como un modelo de los procesos a
través de los que la
mente humana construye y entiende las oraciones. La gramática generativa modela tan solo el
conocimiento que subyace en la capacidad humana de hablar y entender.
Una de las principales ideas chomskianas es que la mayor parte de dicho conocimiento es innato y que todas
las lenguas están compuestas a partir de una serie de principios,
los que tan solo varían en ciertos parámetros (y por supuesto,
el vocabulario). Por lo tanto, un bebé puede tener una gran expectativa acerca de la
estructura del lenguaje en general, y solamente necesita deducir los valores de
determinados parámetros para la(s) lengua(s) que esté aprendiendo.
Chomsky no fue el primero en sugerir que todas las lenguas comparten determinados aspectos; él cita
filósofos que habían postulado las mismas ideas hace varios siglos (por
ejemplo: Platón, Descartes o Humboldt), ideas que no se habían integrado todavía a un proyecto científico. Chomsky formuló una teoría
científica de lo innato, en respuesta al modelo dominante de entonces (el conductismo). Adicionalmente, diseñó un conjunto de propuestas
técnicas bastante sofisticadas en relación con la estructura del lenguaje y,
además, elaboró criterios fundamentales acerca de cómo debería evaluarse la
calidad de una Teoría de la Gramática.
Chomsky
llega incluso a afirmar que los bebés no
necesitan aprender construcciones que sean específicas de cada lengua. Y el
motivo de esta afirmación es que todas los idiomas parecen seguir el
mismo patrón de reglas, lo que se conoce como Gramática Universal. Pero el efecto de estas reglas y la interacción entre ellas puede variar
enormemente dependiendo de los valores de determinados parámetros lingüísticos
universales (uso del lenguaje). Esta rotunda premisa es uno de los estamentos
en los que la Gramática Transformacional difiere de la mayor parte de las
escuelas.
Chomsky se refiere a la
evidencia de que las personas, cuando hablamos en la vida cotidiana, a menudo
cometemos errores (por ejemplo, comenzar una oración y dejarla a medias). Estos
errores en el uso lingüístico son irrelevantes para el estudio de la competencia lingüística, ya que la competencia es el
conocimiento que permite al ser humano construir y entender oraciones.
La segunda idea que introdujo Chomsky
estaba en relación con la evaluación de las teorías gramaticales. Chomsky
distingue entre aquellas que consiguen una adecuación descriptiva y
aquellas que van más allá y consiguen una adecuación explicativa.
Las descriptivas definen el (infinito) conjunto de oraciones gramaticales en
una lengua en particular, mientras que una gramática que logra una adecuación
explicativa penetra en las propiedades universales de la lengua que resulta de
las estructuras lingüísticas innatas que se hallan en la mente humana. Por lo
tanto, si una gramática tiene una adecuación explicativa, debe ser capaz de
explicar los matices de las distintas lenguas como relativamente pequeñas
variaciones de los patrones universales del lenguaje. Chomsky decía que, aunque
los lingüistas están aún bastante lejos de lograr gramáticas de adecuación
descriptiva, para progresar en dicha descripción gramatical es imprescindible
marcarse la adecuación explicativa como meta. En otras palabras, los matices
reales de lenguas individuales pueden ser conocidos tan solo a través del
estudio comparado de una amplia cantidad de lenguas.
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