martes, 27 de julio de 2021

SHILLICO, EL MOROCO MARGOSINO (Narrativa solo para gente que lee)

 

Allá por los años de 1940, los hacendados eran los únicos dueños de la tierra, el agua, los árboles, pastizales y hasta de los campesinos. La justicia era exclusividad de los terratenientes, si mataban o abusaban de los humildes campesinos, nadie decía nada. Si se rebelaban los campesinos en contra de la explotación de los hacendados, eran reprimidos por el gobierno central y en el peor de los casos asesinados por los cachacos.

La educación estaba consignada únicamente para los hijos de los patrones y era prohibida para los niños campesinos, las mujeres estaban consideradas como objetos de placer, servidumbre y con ellas, daban rienda suelta a sus instintos y si quedaban embarazadas, no era problema de los hacendados y caporales abusadores. Las mujeres tenían que ser madre y padre para sus hijos, muchos de esos niños, crecieron sin bautizo y ni tenían apellidos paternos.

Celestino Huayanay Puma, era hijo de una madre soltera y por azares del destino, cuando tenía 17 años de edad fue reclutado por el Ejército del Perú, para que sirve a su patria, a puro puntapiés y palazos. Celestino en el ejército fue obligado a comer perro, sapos, lagartijas, barro podrido y pólvora, por las calorías nutritivas que consumía, a poco tiempo, aprendió a leer y escribir de alguna manera.

Ya cuando cumplió los tres años de servicio militar, le dieron de baja en el Cuartel El Potao de Lima y en la comandancia general, le entregaron su libreta militar de 4 cuerpos.

El joven muy contento y orgulloso por haber servido a su patria, se enrumbó a su tierra, solo Dios sabe cómo haya retornado a Huánuco, además de esta ciudad, a cinco horas de caminata estaba su añorado Margos y su madre esperándola e implorando a Tayta Dios, que lo proteja y tenga vivo.

Aunque de vez en cuando, pensaba que su shillico ya murió, porque desde que viajó a Huánuco a realizar sus compras, desapareció él y su caballo color huaychao. Nadie decía que lo vio. Su consuelo de esta madre, era ir en los chakchadores, algunos le decían que iba volver, otros sentenciaban su muerte y hasta indicaban que era ingrato y que está viviendo con una mujer en Chaulán. Aquella madre, sufría todos los días y siempre iba a Cruz Punta, allí lloraba hasta cansarse y pedía a los Jirkas y Apus que lo hagan volver a su hijo amado.

Shillico, un día sábado llegó a su querido Margos, ya nadie le reconocía, porque había desarrollado su estatura y tenía una voz de mando, todos le miraban asustados, pensando que era un gendarme, hasta le saludaban sacándose el sombrero, con mucho respeto. El saludo de los vecinos era en coro, con un ferviente:

—Buenas tardes tayta, allin sukha y jaukallachu tayta.

Algunos le daban la mano en señal de respeto. Celestino a todos sin distinción, le respondía el saludo con amabilidad y un fuerte abrazo, porque él, los conocía a sus wallquis y runamasis.

La noche del sábado, unos palomillos lo incendiaron el techo de paja de la iglesia católica. Alborotados los vecinos y pobladores trataron de apagar el fuego con agua y tierra, los varones con sus ponchos llevaban agua de las acequias, las señoras con sus ollas negras, teteras y tinajas, acarreaban agua desde Wambramayu, para apagar el incendio, pero todo fue en vano, en cuestión de minutos el fuego devoró todo el techo, el terrado y las chacllas.

Siguiente día, los vecinos y autoridades constataron el incidente, efectivamente todo estaba quemado, ni el techo de la torre se había salvado, hasta la señora campana se había caído, porque el colgador que lo ataba a una madera, era de cuero de ganado y la candela se lo consumió.

Las autoridades convocaron a una reunión general del pueblo, con la finalidad de descubrir al intruso que incendió a la casa de Dios. Nadie vio a nadie, interrogaron con palo y chicote en mano a los bebedores de alcohol y a los chiquillos pícaros, pero todos se dieron de inocentes y algunos expresaron que shataco haya venido desde Togrona a incendiar la iglesia.

Ya era las once de la mañana y uno voz se dejó escuchar, desde el rincón de la casa comunal y dijo:

—Hay que redactar un memorial, para enviar al prefecto. Él es el representante del gobierno y estoy seguro que nos va apoyar. Estamos perdiendo el tiempo tratando de buscar responsables, el problema ya está hecho, ya está quemada nuestra iglesia, frente a esto, seamos parte de la solución.

Todos los campesinos aplaudieron y cuchichiaron entre ellos, mientras masticaban las hojas de coca y lo endulzaban con la cal.

Nadie sabía redactar un memorial en la comunidad, ni el que sugirió, solamente lo dijo, porque lo había escuchado en un pueblo de la costa, en la mente de la gente no figuraba el significado de la palabra memorial.

Una viejita que estaba sentada en un rincón, se paró y dijo:

—Taytakuna, afuera esta mi hijo shillico, en la noche me contó que los morocos lo han enseñado a leer, escribir y manejar Winchester y retrocargas, pregúntenle si sabe hacer ese papel.

Todos los concurrentes estaban muy seguros, que el moroco si sabía redactar ese documento. Una voz dijo. —Llámenlo.

Las autoridades fueron con mucho miedo y respeto a suplicarlo al licenciado, porque en esa época, eran admirados, queridos y respetados los jóvenes que servían a su patria.

—Tayta Celestino, por favor papito lindo, hágalo nuestro memorial, te vamos a pagar lo que usted diga.

Shillico muy gustoso y atento aceptó redactar el documento, porque en el ejército lo habían enseñado a servir a la gente que lo necesita.

Inició a redactar el memorial con pluma de gallo y tinta de Turucasha, de la siguiente manera.

Margos, domingo 13 de julío de año 1940

MIMORIAL

Los que firman el prisente mimorial somos notables siñores, siñoras, vicinos y autorridades del puiblo de Margos, imitimos la presente, para informarle la siguiente.

PRIMIRO: que el sábado por la nochesita, unos borrachos han incindiado nuestra inlechea y tuytito se nos ha kimao, los pobladores con sus ponchos, las siñoras con sus pulleritas empapando en agua, trataron en vano de apigarlo.

SIGUNDO: usted virias siñor prifecto, de seguro se pondría a wallampiar. Porque asta la ropita de la chanchisima Vergen María, esta pasaypa cabronisada, ella esta calata y mirándonos a todos muy triste por lo que pasó.

TIRCERO: y eso no es nada, vieras a nuestro siñor cuchicristo, también ista totalmente nigro y cabronizado.

CUARTU: también nuistro patroncito San Pirro se cabronizó, todo su vegote ista cashpao.

QUENTO: todo las misas, sellas y vancos se cabronizaron, asta la parit ista puro nigro y oliendo a goshny.

SICTO: suplicamos a ustid apollarnos con galamina, lavos, sellas, vancos, misas y si miento. Nosotros lo areglaremos todos el pueblo en un solo día. Ojete es su apoyo, porkii ya no pudimos seguir mirando a nuestros santus cabronizados, iso nos dara maldeción y nuestra chacrita, ya pasaypa no va producir.

SIPTIMO: nuestro cuchicristo lo ven diga a ustid, por su ginirosidad y todos mis hirmanos del puiblo de Margos suplican su apollo.

Es lo que no pidimos a usted, esperando su puta dispuesta, con su sicritaria nomás nos lo comunica, qui nosotros todos lo harimos muy filis cuando lliga a Margos.

Firman y punen su willa vegetal a la prisenti, para mayor valor todos los pobladores y nuestrus autoredades.

Autor: Enoch Calderón Jara

Docente del IESPP "Huaraz"

Hecho el Depósito Legal N° 2017-03945 a la Biblioteca Nacional.

 


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