martes, 27 de julio de 2021

NO ME LLAMES PUTA


(Narrativa digital del siglo XXI)

Y entré a un bar; me senté en medio de esa gente del bajo mundo; se me acercó una chica muy guapa, olía a cigarro y alcohol y me dijo:

¿Me invitas una cerveza?

Le pedí una botella y me volvió a decir:

 Llévame a dormir contigo, no te cobraré me caes bien.

 (Le sonreí) No busco sexo, solo vine por una cerveza.

 ¿Eres gay?

Algo parecido, soy escritor.

¿Me escribirías un poema?

Claro, porque no, solo dime qué título quieres que le ponga y te la escribo.

 “NO ME LLAMES PUTA”, me gustaría que se llamara así.

 Ok, mientras acabo mi cerveza, cuéntame de ti, así quizás con suerte te escribo algo lindo.

Era muy bella, demasiado se podría decir, no entendía cómo podía ella estar en medio de esa gente del bajo mundo, sus ojos eran muy bellos, aunque reflejaban tristeza, y dolor.

Empezó a contarme su historia, y yo agarré un lapicero y empecé a escribir en una servilleta

“NO ME LLAMES PUTA”.

Confundida, llagas en el alma y otras en el cuerpo de las veces que se le escapó a la muerte; cuerpo lleno de marcas de los cientos de manos que recorrieron sus tetas y sus nalgas, que una buena ducha no te lo quita, ya que esas marcas son más fuertes que un tatuaje, esas se marcan en el alma; nariz manchada con un polvo blanco, dulce medicina para no pensar en los monstruos que se tiran encima de ella, apagando por 100 dólares su calentura lo que no pueden conseguir como hombres.

Ave que volaba tratando de conquistar el mundo, hoy esa ave camina con el ala rota, sin poder alzar vuelo y es burla de palomas y uno que otro gallinazo, llamándole puta.

Puta porque sus hombres buscan en mí, lo que ellas como mujer no pueden darles.

Puta porque en un mundo donde buscan igualdad, juzgan a la mujer llamándole puta y al hombre nadie le dice nada.

Pero puta no solo es la mujer que se acuesta por dinero con muchos hombres… hay putas que aun teniendo pareja van de coqueta con otro, o peor otras se van a la cama de a gratis, eso sí es peor que puta, porque al menos yo cobro.

No me llames puta, porque puta también es aquella que aun casada aguanta a un hombre que ya no ama y en las noches de sexo tiene que aguantarse que se la cojan, aún ella sin quererlo porque dicen que es legal, están casado, o peor dicen que por los hijos lo aguantan.

Putas que vendieron su libertad y mataron su sueño, y se volvieron unas amargadas dibujando sonrisas prostitutas para aparentar felicidad,

Putas porque mataron sus ideales por dinero, y apoyan al mejor postor, eso sí es ser peor que puta; pero no, la sociedad no mira eso.

No me llamen puta, por solo acostarme por dinero; porque hay mujeres más putas que vendieron su identidad…

Como la mujer adúltera que trajeron delante del señor Jesucristo, para apedrearle, y yo me pregunto, ¿por qué no trajeron al hombre, si fueron encontrados infraganti los dos? mundo de hipócritas, eso sí es ser putas.

No me llames puta, porque a la verdad yo lo hago a sabiendas que esto es ser puta, en cambio ustedes lo hacen y se hacen los santos, y si ustedes siendo putas no quieren que lo llamen así, díganme ustedes yo que soy menos puta que ustedes, porque no puedo pedir que no me llamen puta.

Le regalé la servilleta, la leyó y me dijo: ¡Está hermoso!

 Ahora entiendo por qué no buscas sexo, escribiendo así te has de tener a quien tú quieras.

 Solo me gusta una y ella ya no me ama… (Mi rostro borró la sonrisa que dibujaba)

Terminé mi cerveza, me despedí y me dijo: Si yo fuera ella, jamás te dejaría.

Caminé hacia la salida y le dije: Fui yo quien la dejó.

 

TE HE SIDO INFIEL, LO CONFIESO

 

Calma, ¿porque te alteras? ¿Te duele? O solo es tu ego lastimado, dime...

Si, te he sido infiel, lo admito, permití que otras manos me desnuden, me acaricien, que otros labios recorran cada rincón de mí, que otro cuerpo penetre el mío hasta hacerme estallar de placer.

¡No me digas que soy una puta si no sabes qué fue lo que me llevó hasta aquí! ¿Quieres saber?

¿Ya se te olvidó como mendigaba tu amor? Recuerda, cuantas veces te pedí un beso y esquivabas mis labios, te abrazaba y te alejabas diciendo que te asfixiaba, y en las noches cuando buscaba tu cuerpo para saciar mis ganas, solo recibía migajas, ¿Cumplías con tu deber?

No tienes ideas cuantas lagrimas me tragué, cuantas veces lloré en silencio por tu desamor y rechazo, me odié por no ser lo suficiente mujer para ti, rechazaba mi cuerpo marcado por los hijos y los años.

Reconoce mi lucha por salvar lo nuestro, siempre te hablé con la verdad, como ahora, te propuse ir terapia, viajar solos, cumplir tus fantasías, te complacía en todo, olvidándome de mí, solo quería verte feliz y que me quisieras, aunque sea un poco.

Y un día, de la nada, llego él, alguien del pasado, así sin más, sin planearlo, un mensaje, una charla, y de repente comienzo a despertar su interés; a quien no le importa mis kilos de más, si mis dientes no están blancos, solo le importa mi compañía, lo que pienso y lo que siento.

Y no fue fácil dar el siguiente paso, porque él tampoco es libre, sin embargo, nos dejamos llevar por nuestras emociones de años contenidas.

Y de repente me vi desnuda ante él, y no le importó mis estrías, saboreo mis senos flácidos, acaricio mi piel reseca, la misma que te raspaba, como si fuera la más fina de las sedas, recorrió con sus labios cada centímetro de mi piel haciendo estremecer y llegó a mi… esa parte de mi cuerpo que te daba "asco" besar, y lo disfrutó.... y nos perdimos en un torbellino de placer.

Y ahí me di cuenta, que aun puedo gustarle a alguien más, ser su tentación y la inspiración de sentimientos y deseo así, como soy, sin apariencias, sin falsas pretensiones.

Y lloré, pero esta vez de alivio, entendí que no se puede salvar lo insalvable, que no puedo luchar por dos, que en mí no quedó el esfuerzo que hice por mantenernos a flote, y no lo supiste valorar, te quedaste ahí tranquilo, bajo el disfraz de la comodidad de sentirme segura, pero te falló....

Y aquí estoy; confesándote mi "pecado", enfrentando tu ira, rabia, insultos, juicio.... porque a pesar de mi traición, para estar en paz tengo que ser honesta con la persona más importante en mi vida, que viene a ser mi yo.

 

 

LO QUE ME LLEVÓ A SER PUTA

 

Ella abrió los ojos y se vio en medio de una habitación silenciosa, oscuro, no podía divisar nada, se quiso levantar, pero no podía, la habían amarrado a una cama.

- Que mierda pasa (pensó), au-xi-li-o (su voz era demasiado baja y torpe)

Vio una chica salir corriendo del cuarto, entraron otras dos personas, aún no entendía mucho, pero iba tomando conciencia… pudo darse cuenta que eran doctores, y ahí estaba su amiga, su única amiga, su compañera, con quién compartía el departamento. Ya podía hablar mejor y dijo:

-¿Qué pasa, qué hago acá?

- Buenas tardes señorita Noemí, ¿qué es lo último que recuerda?

- (Su cabeza empezó a rebobinar recuerdos)

–Solo recuerdo que me eché a dormir, nada más y luego me despierto aquí.

- Lo que pasa señorita Noemí que usted está aquí por sobredosis, ¿Ahora recuerda algo?

- (Se puso a llorar)

- Usted ingirió cocaína, y abuso de tranquilizantes y por lo que me cuentan usted se auto médico, usted está viva de milagro.

- Hubo un silencio, se quedó callada y dijo:

–¿Pero porque estoy atada a la cama?

- Usted se arrancó la intravenosa, en dos oportunidades, ¿No lo recuerda?

- Por favor podrían desatarme, si lo arranqué... seguro estaba inconsciente, no lo haría ni loca consciente.

- Bueno, enfermera desátela y cualquier otra observación me avisa… (el doctor salió de la sala, después de examinarla)

No recordaba nada, solo que fue a dormir, si recuerda que ingirió cocaína y la pastilla y hasta la música de Leonard Cohen, pero no que había tomado demasiadas pastillas.

- Noemí tú estás loca, ¿Es que acaso te querías matar? Eres una estúpida… yo llegó al depa y te encuentro ahí ahogándote, no sabía qué hacer y llamé al chico de seguridad y el me ayudó a bajarte y traerte aquí, yo ya te creía muerta… eres una maldita pendeja, jamás te voy a perdonar esto... No sabes cómo he estado, pensé que ya te morías…

- Ya no me regañes Ale, te juro que no quise asesinarme, solo me atacaron recuerdos, y quería dormir, no quería pensar, no creí llegar hasta estos extremos, te juro que nunca paso por mi cabeza el suicidio.

- Toma esto, lo encontraron entre tus pechos, creí que no era importante, pero lo guardé por si acaso. (Le dio la servilleta con un poema escrito)

- Suspiró – el poema, el puto poeta (sonrió)

- Que te pasa pendeja y esa sonrisa, ¿algo tiene que ver ese poema con todo esto?

- Tiene que ver todo, (y le contó la historia con el poeta) y me vinieron recuerdos, esos que ya creí sepultados, y me puso mal.

- Bueno entonces bótalo, que haces guardándolo, si eso te pone mal.

- Estás loca, pienso en encontrármelo otra vez, y la verdad no sé ni para qué, tal vez para decirle, maldito por tu culpa casi me mato (se río)

- Tú de verdad estás loca… apropósito, ahora tú me vas a matar, llamé a tu mamá… perdón pensé que te morías.

- Tú estás loca, a esa señora no quiero ni verla, ¿porque la llamaste? pendeja,

- Lo siento, dime, que podía hacer, no te imaginas cómo te encontré, yo te creía muerta… lo siento, le avisaré que ya despertaste, mientras más pronto te encuentres con ella, es mejor y así no estés pensando mucho… (salió)

Lo último que quería en esos momentos era ver a su madre, tenía un odio grande hacia ella, se abre la puerta e ingresa su madre, con ojos llorosos.

- Noemí, qué pasó, por qué quisiste suicidarte.

- Haber señora a mí no me venga a dar sermones, ni a ponerse de madre sufrida, que no le cae, porque yo para usted ya estoy muerta, así que ya me vio que estoy viva, puede largarse.

- Noemí, soy tu madre, no me trates así por favor, me duele todo esto.

- Aaaa ok te duele, ¿Y no te dolió cuando me votaste de tu casa como una perra? ¿No te dolió cuando te suplicaba que no sabía a dónde ir y era de noche?

¿No te dolió que apenas tenía 16 años?, ¿No te dolió cuando me quedé a dormí en la puerta? En plena lluvia esperando tu misericordia.

¿No te dolió cuando moría de hambre? ¿No te dolió que aborté yo sola en un hospital?, ¿Para qué mierda vienes?, ¡Si te odio con toda mi alma! (se puso a llorar)

- Noemí, lo siento soy una idiota, perdóname, estuve cegada, no entiendo cómo pude ser tan idiota, perdóname Noemí, no puedo seguir viviendo así, no sabes lo que es esta vida, desde que me di cuenta que te traté mal y te hice mucho daño.

- Mira tú, que bueno que reconozcas tu error, pero sabes me vale mierda, un perdón no borra todo lo que pasé, un perdón no borra todas estas cicatrices de mi alma, un perdón no borra nada, preferiste mil veces a esa mierda que, a mí, ese imbécil abusaba de mí, cuántas veces quería, y tú me echabas la culpa a mí que le coqueteaba, que te lo quería quitar, me embarazó y dijiste, que yo me dejé embarazar para quitártelo, ¿Es que tanta mierda puede haber en ti?… ¡doctor! ¡Enfermeraaa! O quién puta sea, díganle que se largue a esta señora.

Entro Alejandra su amiga y le dijo que se fuera por el bien de ella, y se marchó con lágrimas en los ojos.

-Tranquilízate Noemí, ya no vale la pena, sabes que yo sí te necesito, somos como hermanas, tú y yo siempre… yo te necesito amiga. Eres la que siempre me regaña, la que me cuida, que sería de mi vida sin ti (se pone a llorar)

-Ya no seas dramática, que no me voy a morir y tampoco quiero hacerlo, lo que quiero es largarme de aquí.

-Es verdad… me olvidé decirte, me llamó el italiano, llegó de viaje… y quiere vernos… dinero a la vista.

-No seas pendeja, no tengo ganas de nada, quiero ir a casa, y sacar toda la mierda que hay en mi cabeza.

-Pero es para el sábado bebé, tú sabes dinero, mucho dinero y tú sabes que Bernardino nos da mucho dinero… aaaa, ves que sonríes, sabes que no solo es dinero, también es un salvaje en la cama.

-Tú estás loca en serio, pero bueno, tengo cinco días para descansar aún, así que para cinco días ya estaré bien, además.

- (Gritan juntas) Porque… ¡Business son business!

 

SOY EL OTRO

 

Sí, yo soy el hombre que le quita el sueño a tu mujer, yo soy el responsable de las ausencias justificadas y de las risas al checar su celular. Agradece, gracias a mi tu esposa ya no te molesta ni hace dramas, pues ahora ella me cela a mí, y sabes, me encanta ver como ella enfurece sólo de pensar pueda dejarla por alguien más.

Y lo confieso, soy un cínico, un cínico en potencia, pero ahora quiero que te preguntes ¿qué hiciste para que tu esposa buscara a 'otro'?, o mejor dicho ¿qué no hiciste? Si ella decidió correr a mis brazos fue por algo. Le di lo que no encontraba en ti, unos brazos llenos de amor sincero y seguridad.

Hay algo en ella que me fascina.

Y es que ella es maravillosa, de verdad no entiendo cómo es que la dejaste escapar.

Me propuse tenerla cerca, tener una relación con ella y al final lo conseguí.

Como todo un conquistador me dí a la tarea de ganarme su confianza con detalles, llamadas, palabras bonitas y todas aquellas cosas bonitas que le encantan a las mujeres. ¿Y sabes algo? La enamoré.

La primera vez que me llamó para preguntarme en dónde estaba, supe que ya había ganado su corazón. Si no estaba enamorada por lo menos estaba ilusionada conmigo. Había conseguido algo y tenía que aprovecharlo. Conseguí lo que tú hace mucho habías conseguido, pero a diferencia tuya, yo si lo iba a aprovechar, yo la quiero de por vida conmigo.

Con un poco de trabajo conseguí que se entregara a mí, no sólo en cuerpo, sino en alma. Nuestros cuerpos se fusionaron; éramos una solo persona entregada a la pasión, al deseo, a aquello que la sociedad considera prohibido.

Varias tardes la pasamos juntos, besándonos, acariciándonos, amándonos. Apurados aprovechábamos cada segundo, cada minuto que pasábamos juntos. Mientras tú, iluso, creías que la tenías segura y seguías dañándola. Yo sabía que tal vez no te iba a dejar, que su cuerpo estaría contigo, pero ¿te digo algo?, sé que su corazón me pertenece, estoy seguro que me quiere, tanto como yo a ella.

El ver cómo se las arreglaba para salir de su casa, las justificaciones que tenía que inventar y saber que para ella era un riesgo estar conmigo, hacía que me sintiera importante, afortunado. Cada encuentro tenía que pasar por varios obstáculos, tenía que superar varias pruebas. Nosotros los superábamos, así de grande era nuestro amor.

La sociedad juzga, señala, discrimina. Las mujeres no tienen derecho a equivocarse, se les obliga a permanecer en un matrimonio, soportar, esperar a que sea el hombre quien las abandone, quién las cambie por otra. Sé que ella disfrutó hacer algo que estaba mal visto, y nada le importaba ella realmente merecía su felicidad.

En sus conversaciones me decía lo mal que se sentía por nuestra relación, yo la consolaba pues sabía que ella no fallaba por calentura, sabía que ella necesitaba realmente ser amada, valorada.

Sé que me odias, y que soy o seré la causa de todos tus pesares, pero acuérdate que las relaciones son de dos, acuérdate cuántas veces ella buscó arreglar las cosas y le diste la espalda aun cuando el que fallaba eras tú. Si un tercero se mete, es porque había espacio para que entrara, espacio que me dejaste tú al tratarla como ella no merecía.

Porque mientras le dabas tiempo a otras, ella me tenía a mí, cada vez que veías fotos de mujeres en redes, yo la contemplaba a ella y me gané su tiempo, su sonrisa, su corazón.

Lo amo demasiado, amigo no me culpes, pues no me siento culpable tú la dejaste ir y ella se enamoró de mí.

 

¿QUÉ TE HACE FALTA?

 

Soy Daniela, una mujer felizmente casada con un hombre maravilloso, el mejor hombre del mundo. Nos casamos hace 3 años; la relación marcha bien y con una vida sexualmente placentera.

Cada día, las muestras de cariño y la entrega son parte de nuestro estilo de vida y quizá ese sea uno de los motivos principales por los que hemos llegado hasta aquí.

Por las mañanas al cepillarme el cabello me miraba al espejo y me preguntaba. ¿Daniela, que te hace falta? si ya eres una mujer realizada.

Bueno, pues les quiero contar lo que me sucedió.

Tengo una amiga, se llama Carolina, ella tiene a su novio y pues hemos sido amigas por años. Mi esposo es muy lindo porque deja que ella venga cuando quiera. Un día llamó a la casa y me dijo que quería hablar conmigo, la escuché mal y le dije; ¡Con gusto caro! Al poco rato vino a la casa llorando y me dijo, amiga creo que mi novio me es infiel he visto que a cambiado, se la pasa con el celular misteriosamente, es como si no existiera en esos momentos para él, creo que los planes de casarnos ya no podrán ser.

Mi primera reacción fue abrazarla para tranquilizarla y hacerle entender que uno pierde la cabeza con simples especulaciones y lo mejor sería hablar con él. Terminé diciéndole que era bella, con un gran corazón y muchas otras virtudes más que por años yo he visto en ella y la verdad no creía que él tuviera ojos para otra mujer.

Días después sonó de nuevo el teléfono, jamás había escuchado ese tono de voz, me intrigo tanto que en segundos lo compare con rupturas dolorosas de mi pasado, pero nada se acercaba a esa voz.

Llego a mi casa y está vez yo le pedí que viniera para que me contara lo que pasó. Me dice, amiga tiene a otra y no sé qué hacer, lo amo y no lo quiero perder. Le dije amiga vamos de compras y salimos, le hablé de todo menos del novio. Al llegar a la casa de ella me pregunta. ¿Qué hago? y le dije, ignóralo que no sepa que estas sufriendo, y cuando quiera saber de ti, que sepa que has cambiado y que te va muy bien sin él. ¡Tú no te preocupes que yo te ayudaré!

Durante unas semanas nos veíamos a diario, teníamos un horario establecido, íbamos a tomar el café, a comer, de compras, después pasaba a dejarla a su casa para yo ir a recoger a mi esposo a su trabajo. Un día de lo cansadas que terminamos me dice, amiga porque no te quedas en mi casa. Yo le respondí que tenía que consultarlo con mi esposo a lo que él respondió con un sí. Y bueno compramos de cenar su familia me recibió de buen gusto y cuando estábamos en su cuarto me dice amiga gracias por todo he pensado mucho en lo que me dijiste y eres la mejor. ¡En verdad mil gracias!!

En eso ella se resbaló y cayó, yo me asuste y le dije amiga, ella me empujó riéndose, jugando y me dijo te preocupas por mí, gracias! con una almohada me golpeaba y la detuve, se puso a reír, como estaba arriba de mi nos quedamos mirándonos y me dijo, no me cansaré de darte las gracias y me beso en los labios ella se asustó al igual que yo y me dijo disculpa no sé qué me paso, soy una tonta y confundida por tus atenciones y cariño y yo le dije no hay problema pero que no se vuelva a repetir porque me sentí incómoda. Nos dormimos, ya por la mañana me despertó una corriente de aire bastante frío que al abrir los ojos pude ver qué era ocasionado por una ventana entre abierta y que hacía mover la cortina hacia su tocador. ¡Ella estaba desnuda mirándose al espejo a punto de vestirse y al verme que desperté me dijo, levántate!  y yo, entre mi diciendo, no tiene modales. Vi por primera vez su cuerpo y me pareció perfecto, su vagina completamente rasurada resaltaba ese color rosadito de su piel. Me metí a bañar y cuando salí me asuste porque estaba escondida y me salió de repente, ella me empujó a la cama y se acostó a mi lado, me beso de una forma lenta pero larga, yo no moví mis labios me quede helada, me quito la toalla, me tocó los pechos, por segundos no supe que hacer. Fue como estar paralizada por la impresión de algo que nunca has visto y le dije espera, no soy lesbiana y tengo esposo, me dijo perdón, pero te quiero y así lo demuestro y le dije, no me lo demuestres así.

Me fui y yo no le hable ni ella me buscaba. Cuando hice el amor con mi esposo sentí el beso de ella, recordaba su cuerpo, su mirada, sus manos suaves tocando mis pechos. Yo dije, no puedo estar así y pensaba mucho en lo que había pasado entre ella y yo.

Al día siguiente recibí un mensaje de ella que decía quiero hablar contigo y yo le respondí pues hablemos. Llego a mi casa y me dice, creo que me gustas Daniela y yo le dije tú a mí no, tengo esposo y eres mi amiga.

En el transcurso que pasaba el tiempo, el silencio en la sala se apoderó de nuestros rostros, mirándonos fijamente no lograba entender si yo estaba molesta o porque me quede callada. Ella movió su ceja derecha, la levanto y abrió un poco su boca como si estuviera sorprendida por algo que vio. Después me dijo quédate en mi casa hoy, y yo le dije no puedo y me dice, si llegas te daré un beso como el que te di o mejor aún. Pero si no llegas ya no te buscare jamás, espero verte ahí en mi casa y se fue.

¡Mil cosas cruzaban por mi mente, lo pensé tanto en el día y dije, iré!  quiero probar sus labios estaba loca quizás, pero ella es muy hermosa tiene un cuerpo único y le dije a mi esposo que pasaría la noche con ella y llegué.

Cuando abrió la puerta se alegró y le dije aquí me tienes, pero no vengo a hacer nada sino a hablar y me dijo está bien. Cenamos y subimos a su habitación, nos abrazamos y me dijo perdón, pero te quiero y me beso y yo le correspondía, le toque el pecho y ella también su lengua entró en la mía y me perdí olvide a mi esposo, me acostó y me quito la ropa y yo a ella, me beso mis pechos y me dijo es mi primera vez con una mujer y yo le dije que también lo era para mí. Cuando beso mi parte con su lengua me estremeció de placer el agarre del cabello, la besé en sus labios y la empecé a besar toda. Nuestros cuerpos se frotaban, abrí mis piernas y las de ella.

Nuestras partes se rosaban y yo moría de placer, en cuestión de minutos sentí como se electrizaba todo mi cuerpo al meter sus dedos transportándome a ese maravilloso lugar que te hace ver estrellitas, te pone temblorosa y sientes que vas a explotar. Me vine y ella también, no paraba de besarme los pechos, su ventana que siempre estaba entre abierta hacia que el aire pusiera mis pezones tan duros que ella con su dedo pulgar e índice al tocarlos me hacía estremecer. Me levanté y le dije me voy, y ella me agarro y me dijo duerme conmigo ya eres mía y lo hicimos otra vez.

Por la mañana salió de bañarse, yo estaba cepillando mi cabello se acercó lentamente, se puso detrás de mí, sentí como latía más rápido mi corazón, me tomo de los brazos, me jaló del cabello me dio un beso y las dos mirándonos por el espejo me dijo, siempre me preguntaba que me hacía falta para ser feliz.

Ahora ella es mi amante lo hacemos en mi casa, en la de ella. Y siento que la amo tanto como a mi esposo, me desespero por estar con ella, por sentirla, por besarla y creo que al final encontramos lo que nos hacía falta.

 

PUTA

Puta... porque se coge a otros y le gusta que le den duro.

Porque ya no llora como una tonta que te rogaba por un beso, por una caricia, por un detalle, por una llamada, por un poco más de atención.

Porque viste con escote y muchos le miran con morbo y saben llevarla a la cama sin romanticismo barato.

Puta... porque ya no se deja manipular de un pendejo inseguro que controlaba su forma de vestir o con que personas hablar.

Porque cumple todas sus fantasías, las que tu no estuviste dispuesto a cumplir por tener huevos chicos.

¿La llamas así porque no disfrazó su puntería con mojigatería?

Que va a donde quiere, con quien quiere y llega a casa a la hora que se le da la gana.

Porque ya no cree en el amor, ni fantasías y disfruta su cuerpo, se tocó, se hace el amor y escoge quien tiene el privilegio de gozar de esa puta.... Así o más directo cabrón.

¡Abrió los ojos! ya no se deja pisotear de ningún cabrón, no permite que la desvalorice por sus estrías, por sus kilos de más, por su edad, por cuantos hombres han terminado en su cama, por el solo hecho de ser mujer.

Que cada día está más buena, más inalcanzable, más apetecible, más segura y más puta.

Y tú, mueres de ganas de cogerse a esa puta, pero la perdiste por ¡Maricón!

 

No quiero ser tu amiga.

Ni tu mujer, ni tu novia, ni tu puta ni tu musa.

Quiero ser la pesadilla de la que te despiertas sudoroso y caliente, como si volvieras de entre los muertos.

El huracán que destroza tu casa

y hace volar TODO en tu puto aire.

 

“DEJE DE SER SU P U T A”

 

Estaba muy enojado cuando me llamo

y me dijo: !!Eres una puta!!

“Sonreí”

_Si soy puta

_ pero no de tu esquina... conteste

Hubiera querido que viera mi sonrisa

y la felicidad que sus palabras me causaban.

No me ofendí por lo que decía,

pero a él si le dolía y le carcomía el alma... pues decía la verdad, si era una puta.

En ese momento se dio cuenta que me le había salido de sus manos, ya no le tenía miedo, ni lloraba, ni me lastimaban sus palabras y había perdido su control en mí.

Creía que por siempre iba a ser de su propiedad, después de ser su esposa, quería tenerme de amante.

¡No señor! Aquí el infiel fue usted, yo no fui la que falló y tenía derecho a rehacer mi vida.

Usted lentamente cada día con su indiferencia me torturo, con la falta de atención una herida enorme abrió y con su traición me mató.

Poco a poco me fue dando igual el amor que un día me juró; ahora él sufría, porque sabía que me había perdido y ya era la puta de alguien más.

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