martes, 27 de julio de 2021

LOUIS GLÜCK - PREMIO NOBEL 2020

 

LOUIS GLÜCK 

Su inconfundible voz poética, esa que "hace universal la vida individual" a través de una belleza "austera", le ha valido a Louis Glück para hacerse con el Premio Nobel de Literatura 2020, un galardón que la poeta recibe tras haber publicado doce poemarios y algunos volúmenes de ensayo.

Las obras de Glück (Nueva York, 1943) se caracterizan por la claridad a la hora de abordar temas como la infancia y la vida familiar, para los que se inspira en los mitos y motivos clásicos, presentes en la mayoría de sus obras.

"En sus poemas, el yo escucha lo que queda de sus sueños e ilusiones, y nadie puede ser más duro que ella para afrontar las ilusiones del yo", escribe en la motivación del premio el presidente del Comité Nobel de Literatura, Anders Olsson.

Ya desde su debut en 1968 con Firstborn, el primero de los doce poemarios que ha escrito esta catedrática de inglés en la Universidad de Yale (EE.UU.), fue aclamada como una de las voces más prometedoras de la literatura contemporánea de su país.

Glück es también una poeta del cambio radical y del renacer, como queda de manifiesto en The Wild Iris (El salvaje iris, 1992), que le valió el premio Pulitzer, cuando ya había adquirido reconocimiento en el extranjero por libros como The triumph of Achilles ("El triunfo de Aquiles", 1985) y Ararat (1990).

"Su poesía crea como una suerte de universo textual en el que hay una intimidad tremenda. Incluso cuando se vale de personajes, cuando echa mano de los mitos y los actualiza, está dando cuenta de una intimidad profundísima", señala el poeta y traductor venezolano Adalber Salas, que tradujo al castellano el poemario Una vida de pueblo, publicado en marzo de este año bajo el sello de Pre-Textos.

En opinión de Salas, Glück es mucho más que "una voz capital en la poesía de lengua inglesa", es una poeta "discreta" a quien no le interesa en absoluto "la escena pública" y que posee una capacidad "admirable" para crear atmósferas afectivas "devastadoras". Ella, asegura el traductor, "no teme a la crudeza".

Estos cinco poemas, recogidos en diferentes poemarios, sirven para acercarse a la obra de esta autora poco conocida por el gran público, pero muy apreciada en el mundo literario:

 

MADRE E HIJO 

Todos somos soñadores; ninguno sabe quién es.
Alguna máquina nos hizo; la máquina del mundo,
la familia que restringe.
Después, de vuelta al mundo, pulidos por suaves látigos.
Soñamos; no recordamos.
La máquina de la familia: pelaje oscuro,
selvas del cuerpo de la madre.
La máquina de la madre: blanca ciudad dentro de ella.
Y antes de eso: tierra y aire.
Musgo entre las piedras, briznas de hojas y de hierba.
Y antes, células en una gran oscuridad.
Y antes de eso, el mundo tras un velo.
Para esto naciste: para silenciarme.
Células de mi madre y de mi padre, llegó el momento
de ser fundamentales, de ser la obra maestra.
Yo improvisé, nunca recordé.
Ahora es tu turno de entrar en acción;
tú eres el que pide saber:
¿Por qué sufro? ¿Por qué soy ignorante?
Células en una gran oscuridad.
Alguna máquina nos hizo;
es tu turno ahora de exigirle, de volver a preguntarle:
¿para qué existo? ¿Para qué existo?

PUESTA DE SOL 

En el mismo instante en que se pone el sol,
un granjero quema hojas secas.

No es nada, este fuego.
Es cosa pequeña, controlada,
como una familia gobernada por un dictador.

Aun así, cuando arde,
el granjero desaparece;
es invisible desde el camino.

Comparados con el sol, aquí todos los fuegos
son breves, cosa de aficionados;
se acaban cuando se consumen las hojas.
Entonces reaparece el granjero, rastrillando cenizas.
Pero la muerte es real.
Como si el sol hubiera terminado lo que vino a hacer,
hubiera hecho crecer el campo y entonces
hubiera inspirado la quema de la tierra.

LA CANCIÓN DE PENÉLOPE 

Pequeña alma, siempre desvestida,
haz esto que te ordeno, trepa
por los estantes de las ramas del abeto;
aguarda en la copa, atenta, como un
centinela o un vigía. Pronto llegará a casa;
te corresponde a ti ser generosa.

Tampoco tú has sido del todo
perfecta; con tu problemático cuerpo
has hecho cosas de las que no deberías
hablar en los poemas. Así que
llámalo a través del mar abierto,

del mar resplandeciente
con tu canción oscura, con tu avariciosa,
forzada canción: apasionada,
como María Callas.

¿Quién no te desearía? ¿A qué apetito
demoniaco no corresponderías?

Pronto regresará de allí por donde transcurra su viaje,
bronceado por el tiempo fuera de casa, reclamando
su pollo asado.

Ah, tendrás que darle la bienvenida,
tendrás que sacudir las ramas del árbol
para captar su atención,
pero con cuidado, con cuidado, no sea
que desfiguren su hermoso rostro
demasiadas agujas al caer.

ANTES DE LA TORMENTA 

Habrá lluvia mañana, pero esta noche el cielo está despejado,
brillan las estrellas.
Aun así, se acerca la lluvia,
quizás suficiente para ahogar las semillas.
Hay un viento que empuja a las nubes desde el mar;
antes de verlas, sientes el viento.
Mejor miras los campos ahora,
observa cómo se ven antes de que se inunden.
Luna llena. Ayer, una oveja escapó al bosque,
y no cualquier oveja: el carnero, el futuro entero.
Si lo vemos de nuevo, veremos sus huesos.
La hierba se estremece un poco; tal vez el viento pasa a través de ella.
Y las nuevas hojas de los olivos tiemblan del mismo modo.
Ratones en los campos. Donde cace el zorro,
habrá sangre mañana en la hierba.
Pero la tormenta, la tormenta la lavará.

En una ventana, hay un chico sentado.
Lo mandaron a dormir, en su opinión, demasiado temprano. Así que se sienta junto a la ventana;
ahora todo está resuelto.
Donde estés es donde dormirás, donde despertarás la mañana siguiente.

UN MITO SOBRE LA INOCENCIA 

Un verano sale al campo, como de costumbre,
se para un momento en el estanque donde suele
mirarse para ver si detecta algún cambio.
Ve a la misma persona, la túnica horrible
de su condición de hija aún sobre sus hombros.
En el agua el sol parece estar al lado.
Ella piensa: Otra vez mi tío que me espía.
Todo en la naturaleza es, de algún modo, su pariente.
Piensa: Nunca estoy sola
y hace del pensamiento una plegaria.
La muerte viene así, como respuesta a una plegaria.
Nadie puede ya entender lo hermoso que él era.
Perséfone sí lo recuerda, y que él la abrazaba allí,
delante de su tío.
Recuerda el reflejo del sol en sus brazos desnudos.
Eso es lo último que recuerda claramente.
Después el dios oscuro se la llevó.
Recuerda también, de un modo menos claro,
la terrible intuición de que ya jamás podría
vivir sin él.

 

«EL JARDÍN»

No puedo hacerlo nuevamente,

difícilmente soportaría verlo;

//.

bajo la tenue lluvia del jardín

la joven pareja siembra

un surco de guisantes, como si

nadie lo hubiese hecho nunca:

los grandes problemas todavía

no han sido enfrentados ni resueltos.

//.

Ellos no pueden verse

en el polvo fresco aún, empezar

sin ninguna perspectiva,

con las colinas al fondo, verdes y pálidas, nubladas de flores.

//.

Ella desea detenerse;

él desea llegar hasta el fin,

permanecer en las cosas.

//.

Mírala a ella tocar su mejilla,

pedirle una tregua, los dedos

ateridos por la lluvia primaveral;

en el pasto tierno estrellan rojos azafranes.

//.

Aun aquí, aun en los comienzos del amor,

su mano al abandonar la cara

da una impresión de despedida,

//.

y ellos se creen

capaces de ignorar

esta tristeza.

 

«EL VESTIDO»

Se me secó el alma.

Como un alma arrojada al fuego,

pero no del todo,

no hasta la aniquilación. Sedienta,

siguió adelante. Crispada,

no por la soledad sino por la desconfianza,

el resultado de la violencia.

//.

El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo,

a quedar expuesto un momento,

temblando, como antes

de tu entrega a lo divino;

el espíritu fue seducido, debido a su soledad,

por la promesa de la gracia.

¿Cómo vas a volver a confiar

en el amor de otro ser?

//.

Mi alma se marchitó y se encogió.

El cuerpo se convirtió en un vestido demasiado

grande

para ella.

Y cuando recuperé la esperanza,

era una esperanza completamente distinta.

 

«AMANTE DE LAS FLORES»

En nuestra familia, todos aman las flores.

Por eso las tumbas nos parecen tan extrañas:

sin flores, sólo herméticas fincas de hierba

con placas de granito en el centro:

las inscripciones suaves, la leve hondura de las letras

llena de mugre algunas veces…

Para limpiarlas, hay que usar el pañuelo.

//.

Pero en mi hermana, la cosa es distinta:

una obsesión. Los domingos se sienta en el porche de mi madre

a leer catálogos. Cada otoño, siembra bulbos junto a los escalones de ladrillo.

Cada primavera, espera las flores.

Nadie discute por los gastos. Se sobreentiende

que es mi madre quien paga; después de todo,

es su jardín y cada flor

es para mi padre. Ambas ven

la casa como su auténtica tumba.

//.

No todo prospera en Long Island.

El verano es, a veces, muy caluroso,

y a veces, un aguacero echa por tierra las flores.

Así murieron las amapolas, en un día tan sólo,

eran tan frágiles…

 

AMOR BAJO LA LUZ DE LA LUNA

A veces un hombre o una mujer imponen su desesperación
a otra persona, a eso lo llaman
alternativamente desnudar el corazón, o desnudar el alma.
(Lo que significa que para entonces adquirieron una.)
Afuera, la tarde de verano, todo un mundo
arrojado a la luna: grupos de formas plateadas
que podrían ser árboles o edificios, el angosto jardín
donde el gato se esconde para revolcarse en el polvo,
la rosa, la coreopsis y, en la oscuridad, la cúpula dorada del capitolio
transformada en aleación de luz de luna,
forma sin detalle, el mito, el arquetipo, el alma
llena de ese fuego que en realidad es luz de luna,
tomada de otra fuente, y brilla
unos instantes, como brilla la luna: piedra o no,

la luna sigue estando más que viva.

CAMPANILLAS DE INVIERNO

¿Sabes lo que yo era entonces, cómo vivía? Conoces
la desesperación; de este modo
el invierno debería significar algo para ti.
No esperaba sobrevivir
a la opresión de la tierra. No esperaba
despertar otra vez, sentir
mi cuerpo sobre tierra húmeda,
capaz de responder de nuevo, recordando,
tras tanto tiempo, cómo volver a abrirme
en la fría luz
de la más temprana primavera—
asustada, sí, mas de vuelta contigo
llorando sí riesgo felicidad
en mitad del crudo viento del nuevo mundo.

 

CEREMONIA

Me dejaron de gustar las alcachofas cuando dejé de comer

mantequilla. El hinojo

nunca me gustó.

 Una cosa que siempre he odiado

de ti: odio que te niegues

a invitar gente a casa. Flaubert

tenía más amigos y Flaubert

era un ermitaño.

 Flaubert estaba loco: vivía

con su madre.

 Vivir contigo es como vivir

en un internado:

pollo los lunes, pescado los martes.

 Tengo muy buenos amigos.

Tengo amigos

ermitaños.

 ¿Por qué lo llamas rigidez?

¿No puedes llamarlo gusto

por la ceremonia? ¿O es que tu hambre de belleza

se satisface completamente con tu propia persona?

 Otra cosa: dime otra persona

que no tenga muebles.

Comemos pescado los martes

porque los martes son frescos. Si supiera conducir

comeríamos pescado también otros días.

 Si estás tan desesperado por encontrar

precedentes, prueba con

Stevens. Stevens

nunca viajaba; eso no significa

que no conociera el placer.

 

El placer, puede, pero no

la alegría. Cuando prepares alcachofas,

hazlas para ti.

 

EL DESEO

¿Te acuerdas de cuando pediste un deseo?

 Yo pido muchos deseos.

 Cuando te mentí

sobre lo de la mariposa. Siempre me pregunté

qué pediste.

¿Qué crees que pedí yo?

No sé. Que volvería,

que al final de alguna manera estaríamos juntos.

Pedí lo que siempre pido.

Pedí otro poema.

 

EL DILEMA DE TELÉMACO

Nunca me decido

sobre qué poner

en la tumba de mis padres. Sé

lo que él quiere: él quiere

amado, lo que ciertamente resulta

muy exacto, sobre todo

si contamos a todas esas

mujeres. Pero

eso dejaría a mi madre

en la intemperie. Ella me dice

que en realidad no le importa

lo más mínimo; ella prefiere

ser descrita

por sus logros. No tendría yo mucho

tacto si les recordara

que uno

no honra a sus muertos

perpetuando sus vanidades, sus

auto-proyecciones.

Mi propio criterio me recomienda

exactitud sin

palabrería; son

mis padres y, en consecuencia,

los visualizo juntos,

a veces me inclino por

marido y mujer, a veces por

fuerzas contrarias.

 

PARÁBOLA DE LA BESTIA

El gato circula por la cocina

con el pájaro muerto,

su nueva posesión.

 

Alguien debería debatir sobre

ética con el gato, mientras investiga

el asunto ese del pájaro cojo:

en esta casa

no experimentamos

la voluntad así.

Dile eso al animal,

sus dientes ya hincados

en la carne de otro animal.

 

PUERTO DEPORTIVO

Mi corazón era un muro de piedra

que tú de todas formas traspasaste.

Mi corazón era un jardín isleño

a punto de ser pisoteado por ti.

Tú no querías mi corazón;

tú ibas de camino a mi cuerpo.

Nada de eso fue mi culpa.

Lo eras todo para mí,

no sólo belleza y dinero.

Cuando hacíamos el amor

el gato se iba a otro cuarto.

Entonces me olvidaste.

No en vano

las piedras

se estremecían alrededor del jardín enmurallado:

no hay nada allí ahora

excepto ese salvajismo que la gente llama naturaleza,

el caos que se hace con todo. 

Me llevaste a un lugar

donde llegué a ver la maldad en mi carácter

y me dejaste ahí.

El gato abandonado

gimotea en el dormitorio vacío.

 

PARÁBOLA DE LOS CISNES

En un pequeño lago fuera

de los mapas del mundo, vivían

dos cisnes. Como cisnes que eran,

pasaban el ochenta por cierto de su día estudiándose

a sí mismos en las aguas atentas y

el veinte por cierto cuidando el uno del otro.

Por lo tanto,

su fama como amantes proviene

principalmente de su narcisismo, lo que deja

muy poco tiempo libre

para ir de crucero.

Pero el destino tenía otros planes: después de diez años, se toparon

con agua enfangada; fuera lo que fuera esa inmundicia, se adhirió

al plumaje del macho, que instantáneamente mutó

a gris; a la vez,

el verdadero propósito del flexible diseño

de su cuello quedó al descubierto.

¡Tanta actividad en el modesto lago, tanto

que se había perdido! Más tarde o más temprano durante

toda una vida juntos, todas las parejas se enfrentan

con alguna emergencia de este estilo, con algún

drama que acaba

haciendo daño a alguien.

Esto pasa por algo: para poner a prueba

el amor y para exigir

que vuelva a definirse con palabras complicadas.

Así que salió a la luz que el macho y la hembra

tenían ideas diferentes: mientras

el macho creía que el amor

era eso que uno siente en el corazón,

la hembra creía

que el amor era eso que uno hace. Pero esta no es

una historieta sobre la corrupción inherente

del macho, usando como prueba la sórdida definición

de pureza que tenía el cisne.

Es una historia de astucia e inocencia. Durante diez años

la hembra estudió al macho; se entretenía mirando

cómo dormía o cómo era absorbido por el agua

convenientemente,

mientras que el espontáneo macho actuaba

de manera más informal, viviendo el momento.

En el fango discutieron un rato, bajo la luz del atardecer,

hasta que la discusión se hizo

lentamente más y más abstracta, y se convirtió

en parte de su canción

después de un tiempo.

 

 

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