martes, 27 de julio de 2021

RÍO DEL PLACER (Literatura erótica, solo para la gente que lee)


La realización de este cuadro artistico no era facil, ya que se dio incontables interrupciones involuntarias, porque tenia que acercarme a ella para ubicarla bien sus piernas, manos y cabeza, de paso agarraba su cintura escultural e inhala su perfume candido que utilizaba.

En silencio comence a dibujar sobre el lienzo, una figura muy bella y la tentacion de mi alma, una fuerza subjetiva me exigia a continuar con el trabajo, lo que me motivaba no era la creatividad artistica, sino la belleza que tenia mi diosa inspiradora. Yoselyn Inspiracion, era profesora de literatura andigena que opto por el modelaje como una fuente de ingreso economico, porque no le alcanzaba el dinero que ganaba como catedratica de la Universidad Nacional Hermilio Valdizan.

A aquella hermosa profesora, despues de las clases lo invite a mi casa, entre copas de vino, bromas, suspiros y buena musica, le conte sobre mi proyecto de artes plasticas y, ademas, le propuse retratarla en uno de los lienzos, ella muy entusiasmada acepto y me dijo que no seria ningun problema posar desnuda en cuerpo y alma frente a un pintor apasionado.

A eso de las diez de la mañana del dia domingo, lo tenia en mi sala a la mujer de mi inspiracion, posando con una sensualidad unica para que despierte mi fantasia artistica e imaginativa.

Ese bendito dia, le dije que le inmortalizaria, porque no iba pintarla a ella, sino a su alma seductora que pedia a gritos ser adora y acariciada.

Aquella obra maestra de Dios, acepto sin dudar, debido a la amistad que habiamos concebido, ella era mi profesora y yo su estudiante engreido.

Frente a mis ojos dichosos estaba desnuda el icono de la belleza femenina, con unos labios de embeleso que pedian a gritos un beso. En verdad, era una dulce poesia en cuerpo de mujer y que sin duda me encantaba.

Ella acostumbraba a llamarme con cariño Alcides el Increible del Amor, todas las frases que salian de sus dulces labios, eran cantos melodicos que llenaban de dicha a mi alma y su mirada angelical iluminaba a mi ser.

—Alcides ¿podemos tomar un descanso? Tengo un dolor en la pierna, ya me va dar un calambre. —Dijo ella con una expresion sensual.

—¿Que pierna te duele? —Le pregunte.

—La derecha.

Me acerque hasta el sofa donde ella estaba recostada, subi la pierna indicada a mi hombro y comence a masajearla. De inmediato, pude contemplar los labios de su vulva tentadora y refugio de los carnales y enamorados, asi como yo, mientras mis ojos golosos terminaban de devorarla y mis labios mortales deseaban besarlo con pasion.

Ella cerro sus ojos, mientras que su respiracion se aceleraba, la note excitada, pero mis manos comenzaban a acercarse con suavidad hacia su vulva. Comenzo a suspirar y su respiracion se agitaba mas y mas, no dejaba de mirarme a los ojos y con su silencio resonante me invitaba a besarlo.

—Creo que deberiamos dejar la realizacion de este cuadro artistico para otro dia. Le dije, mientras deje de realizar el masaje, debido a que no era adecuado hacer eso, con la diosa de mi inspiracion.

—Nos vemos el sabado en la universidad. —Le dije, medio confundido y apresurado.

—¡Esta bien! —Dijo ella, pero con un rostro desanimado, luego se puso su ropa interior excitante, que en la parte delantera tenia un dibujo de un corazon rojo y alli estaba escrito una frase: “He aqui el poder y la delicia universal”, continuo vistiendose con calma, mientras yo cavilaba y trataba de dar sentido a lo leido.

Luego lo acompañe hasta el umbral de la puerta, alli nos dimos un beso que rozo nuestros labios, al instante nos dimos cuenta que nuestros cuerpos sedientos estaban deseandose como un volcan ardiente. Lo repetimos de nuevo el beso.

—No... debemos... dejarlo asi. —Le dije.

—Mi espiritu te desea y mi cuerpo te añora, besame querido mio, rapido y sin compromiso —dijo ella.

Con su mirada cautivadora ya me habia desnudado hasta el alma y sus dulces labios me llevo hasta el paraiso.

Volvimos a entrar a la sala, entre besos y caricias nos acostamos en el sofa.

—Deje que entre en tu corazon

porque eres la esencia...

que calmas la sed

de este cuerpo ardiente

y adicto a tus caricias.

Sere el esclavo de tu hermosura

y en cada alborada regare

el jardin de tu corazon...

para que seas feliz una eternidad.

Eres mujer ideal

que busque toda una vida...

ahora que estas a mi lado

no quiero perderte... ni un instante

y estoy dispuesto a adorarte

por el resto de mi vida...

Sin medida ni clemencia, sin darnos cuenta nos habiamos desnudado entre versos y baños de besos desde la cabeza hasta los pies, hasta su sombra negra no se escapo de mis labios.

Ella gemia cuando mis labios rosaban su cuello, senos y su vulva que olia a hembra celestial.

Ella tambien con sus labios de carmesi y sabor a miel, me beso, chupo y sobo sus senos en mi falo erecto, justiciero y covachero por excelencia.

—Alcides...eres el amor de Dios

mandado a la tierra

para darme felicidad

en este universo.

Tu eres el amor de mi vida

porque en tus labios vuelvo a nacer...!

Ni el tiempo ni la distancia

haran que te olvide...

en mis horas de nostalgia

pronunciare tu nombre

y mi corazon volvera a vibrar de felicidad

al recordar tus besos de embeleso

y tus suaves caricias.

—Asi decia, mientras me besaba, luego se sento sobre mi, permaneciendo quieta mientras se introducia mi miembro en su manantial de placer y vida, saboreando esa sensacion de sentirse introducida por completo, luego inicio a moverse lentamente en circulo, estallando de placer, gemidos y gritos en cada embate.

Mis manos y labios comenzaban a tocar y succionarlo sus senos calientes y duros, mientras ella se ruborizaba mas y mas.

—Papito te amo ¡Ay...que rico! ¡Se me viene! ¡Ay se me vine! —Me decia, sobando su vulva con sus dedos, besandome e introduciendo su lengua a mi boca.

Era un momento de placer incontrolable, hasta de respirar nos habiamos olvidado, hicimos el amor como Dios manda. Hasta que ella llego al climax orgasmal entre gritos y gemidos como una loba en el desierto.

—Ahora si mi reina, venérale al guerrero que te dio placer, porque es mi turno. Le dije.

Mis manos no titubearon ni un segundo y de inmediato le introduje en su boca al Dios creador, ella la chupaba, mordia y jalaba con devoción a mi falo. Hasta mis testiculos no se salvo de ser mordidos, jalados y besados con esa boquita de miel, en fin, era delicioso, me daba una felicidad eterna y hasta hoy no entiendo por que sus labios me excitaban tanto.

—Dame esa tu tentacion mamita rica que me vuelve loco.

Jale al suelo un pedazo de lienzo y despues me eche alli.

—Mamita rica, hagamos la posesión el helicoptero. Le dije.

Ella acepto al instante y hasta me parecia que se lo conocia esa pose. Inicie a besarla, lamer y hasta meter la lengua a su delicia sagrada y de sabor exotico, mientras ella gemia y mamaba muy excitada a mi ishkupuru, jurando a Dios que nunca me va olvidar.

—Mi amorcito la pose del burrito te voy a dar.

Ella obediente se puso en cuatro, la penetre de nuevo el hierro candente muy suavecito. Cuando aceleraba el movimiento, la sala se llenaba de torrentes gemidos y suspiros, hasta llegar a un nivel en el que los dos nos fundimos de tanto batallar en un tornado de placer desmedido.

Sus pezones comenzaron a erizarse, ella gemia y gritaba mordiéndose los brazos, no dejaba de declamar el poema universal “A” en todos sus ritmos y niveles. Sus senos iban y venian conforme al movimiento y la penetracion, mis manos apretaban sus nalgas y mis labios recorrian su espalda.

—Mamacita… se me viene…, ay se me viene…, te amo mi bebita linda. Le decía, apretando uno de sus senos. —Quiero vaciarme en tu carita preciosa ¿Me dejas?

—Si, hazlo mi rey. Quiero que pintas al amor desnudo en mi cuerpo con tus hijos.

—Que rico aprietas mi diosa. Le decia, porque una fuerza incontrolable de placer ejercía sobre mi.

La anatomia de su vagina, era tan chiquita y profunda, lo tenia el título honorifico bien ganado, de ser el poder y la delicia universal. Al final, el elixir de la vida lo rocie en todo su rostro y hasta se tomo esa leche sagrada.

Ese dia mi corazon logro recomponerse por la subliminal dulzura que emana la suavidad de su cuerpo.

Todavia hoy recuerdo el aroma de su perfume “Dulce Vanidad” y el sabor de sus labios sensacionales, encargadas de despertar mi apetito voraz de dibujante.

Como puedo olvidar ese cuerpo que rosaba el mio, sus pezones que dibujaban un recuerdo de amor con letras ardientes de pasion.

Hasta mi alma en mi tumba recordara esa vulva deliciosa y agraciada que tenia aquella diosa y una vez mas, por un beso de sus labios, hasta mi vida yo daria, porque la deseo y amo una eternidad.

 

Autor Enoch Calderón Jara

Docente del IESPP Hermilio Valdizán

Ripán – Dos de Mayo – 2016

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2016-05938

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